martes, 24 de febrero de 2009

Conejito, conejita

¡Vaya! Ha sido una eternidad y media desde la última vez que les escribí. Bueno, lo que sucede es que mi vida ha estado más falta de tiempo libre durante estos días y a duras penas vengo a escribirles esto. Y eso, amigos, es... ¡UNA REVERENDA MENTIRA! Nada más había estado de huevón y tratando de evadir el mundo real.

Me he sentido algo deprimido. Edgar no quiere hacer nada conmigo últimamente. No quiere salir a ningún lado, no quiere reírse, ni hablar, ni comer, o estar con mi persona... Me hace pensar que posiblemente esté en etapa de menstruación, aunque eso sea biológicamente imposible. Me está preocupando bastante. Hasta he llegado a considerar la ligera probabilidad de que ya no quiera que seamos novios. No sé que le sucede. Además, creo que se molestó conmigo por lo que sucedió hoy. Les cuento:

Edgar hizo una apuesta con Leonel, un amigo de la escuela. La apuesta consistía en lo siguiente: Cada quien le apostaría a una chica de nuestro salón en las competencias denominadas "intramuros" que realizaron en la escuela. El ganador se llevaba cincuenta pesos. El perdedor debía vestirse de conejita de Play Boy y bailar la macarena dentro del aula de clase al final del día de hoy. Edgar perdió. Y yo, como me había enterado bien de la situación, llevé mi cámara y... Usé todo el rollo con la sesión fotográfica Play Yuki, cuyo actor principal fue Hugo. Honestamente, se veía tan adorable, que no pude evitar tomarle una fotografía a cada segundo que se movía. Las colocaría aquí, pero es demasiado hermoso para sus ojos impuros.

Cuando llegamos a su casa, me dijo "Yuki, eres un completo imbécil. No conforme con verme perder y verme ridiculizado frente a todos ellos, guardas la evidencia". Me siento algo triste, ya que ni siquiera quiso darme un beso de despedida cuando me retiré de ahí. Lo amo demasiado, y no quiero que esté molesto conmigo ni que me odie por no poder resistir el querer conservar cada detalle de su hermosa belleza presente en una imagen que pueda mirar por horas. Me siento destrozado por dentro, sólo de pensar que él está guardando cierto odio y rencor hacia mí. Lo malo de todo esto es que no sé por qué está así. Pienso que en parte es por lo de hoy, pero no creo que eso sea todo, había estado muy serio desde antes.

Si hice algo que te hiriera, disculpa. No ha sido mi intención. Dime que es lo que me está faltando o lo que me está sobrando, que yo lo remediaré. Sólo por tí. Te amo, Edgar.

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