jueves, 26 de febrero de 2009

Confusión

Realmente, el título es perfecto para cómo me he sentido hoy. Resulta que anoche me sentí muy triste; simplemente estoy perdido sin Edgar, el amor de mi vida, por lo que fui a visitarlo. Me fui caminando, ya que su casa no queda muy lejos de la mía, y así corría más posiblidad de que me dejara entrar. Al llegar, estuve un momento pensando lo que le diría. Toqué el barandal y esperé. Su madre salió casi inmediatamente, recibiéndome cálidamente. "Hola, Angelito. Pasa, adelante. Huguito está en su cuarto, ve allá", me dijo con una voz muy amable. Golpeé suavemente la puerta y una dulce voz me dijo que pasara. El cuarto estaba oscuro, iluminado solamente por la luz en el escritorio de mi amado. Lo saludé nerviosamente y él, al reconocer mi voz, no dijo más que "¿Qué quieres?".

Yuki: Yo... nada más quería hablar contigo.
Edgar: Pues no puedo. Estoy ocupado.
Yuki: ¿Ocupado? ¿Qué estás haciendo?
Edgar: Algo... Mira, siéntate. Cuando acabe hablamos.
Yuki: Pero necesito preguntarte algo.
Edgar: Ya te dije, me preguntas cuando acabe.

Como no había ninguna silla además de la que Edgar estaba usando, me senté sobre su cama. Esperé a que terminara lo que hacía durante varias horas, pero no parecía que fuera a acabar. Me quedé dormido. Sin embargo, soy algo extraño: tengo sueño muy pesado, y no despierto, a menos que toquen mi estómago o que sea de mañana. Pero no puedo dormir más de dos horas seguidas en una casa ajena, algo siempre me lo impide. Desperté y me di cuenta que estaba desnudo, y mi ropa estaba tirada en el suelo. Las ventanas abiertas, la luz de la luna sobre mi cara, y lo más importante: las tiernas manos de mi amado deslizándose sobre mi cuerpo. Me sentí muy feliz. "Edgar no está molesto conmigo. Las cosas vuelven a estar bien", pensé.

"Oh, estás despierto", dijo él, sonrojándose. Asentí con la cabeza y besé su frente. Todo se sentía diferente a como siempre, pero era una situación familiar. Me hizo recordar la primera vez que nos acostamos. Él me abrazó y me empujó suavemente hasta que quedé recostado sobre la cama. Me besó con dulzura y luego pasó sus labios sobre mi cuello con mucha gentileza. Luego comenzó a lamer mi pecho... Cada vez bajaba más. Finalmente, llegó al momento en que empezaría lo de verdad. Rodeó mi parte con su lengua y la acarició con ternura. Luego de varios minutos, me pidió que me hincara sobre la cama. Ya se imaginan lo que pasó después. Al fin logré sentir lo que él ha sentido todo este tiempo. "Haces hermosos sonidos, al ritmo de mis movimientos", dijo Edgar. Nos quedamos dormidos.

Hoy en la mañana, desperté con el sonido de su alarma. Saltó de la cama, me tomó de la mano y nos dirigimos al baño. Abrió la llave de la regadera y entramos juntos. Era una escena tan romántica... Ambos desnudos, mojados, abrazados... besándonos apasionadamente. Tomó una barra de jabón entre sus manos y la deslizó con ágiles movimientos sobre mi cuerpo. Colocó otra barra sobre mi mano y me pidió que yo hiciera lo mismo. La verdad no sé por qué su familia tiene como cinco barras de jabón dentro de la regadera, pero estoy divagando, como siempre. Salimos del baño y regresamos al cuarto. Como yo no había llevado ropa, ya que no pensaba dormir ahí en un principio, me puse las prendas que traía puestas el día anterior. Bajamos, tomamos desayuno, y nos fuimos a mi casa para que yo pudiera cambiarme. Luego de eso, nos fuimos a la escuela tomados de las manos. Sin embargo, en cuanto llegamos, me soltó y se apartó de mí. En todo el día no volvió a hablarme.

Me siento extraño. ¿Cómo puede acostarse conmigo tan fácilmente una noche, y no dirigirme la palabra al día siguiente? Tal vez eso no significó nada para él, y yo solo soy un depósito para guardar sus penas y saciar sus deseos de sexo. Quizá en verdad sale con Andrea, y no quería que nos viera juntos. Sea lo que sea, me ha hecho sentir como un desecho del bajo mundo. Quiero que me tome en serio, que nuestra relación sea verdadera. Ya no sé si creer que todo fue un simple juego desde el principio, o si ya no me quiere más que para eso. Por favor, alguien que me asesine.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Como carro deportivo

Lo siento, Amu, simplemente tuve que ponerle ese título a la entrada. No es sólo por querer fastidiarte con mis plagios, pero recordé una frase que vi escrita en alguno de tus textos alguna vez: "La vida es como un auto; si tienes un accidente, sólo puede haber dos resultados: Un corazón roto y muchas ilusiones muertas". Me acordé por que hoy me he sentido a morir. Creo que me dará un infarto mientras duerma, y mi alma se quedará penando por el amor de mi vida.

Jamás me había sentido tan triste desde que descubrí que tenía un hermano mayor, quien por cierto estuvo a punto de quemar la cocina ayer. El muy idiota debe haber introducido algo metálico al microondas, ya que éste explotó y luego se incendió... Pero esa es otra historia. Bueno, les explicaré mis sentimientos: Hoy, Edgar ha estado aún más extraño de lo que ya había estado. Se mantuvo encerrado en un libro y no me dirigió la palabra, y cuando yo quise hablarle, me ignoró. Además, por recomendación de mi gran amigo Kirin, le pedí a Andrea, una de mis amigas, que hablara con él. He aquí la conversación:

Yuki: Oye, Andrea, ¿sabes qué tiene Edgar?
Andrea: No. ¿Por qué la pregunta?
Yuki: Creo que está enojado conmigo.
Andrea: No. No te preocupes. No está molesto contigo.
Yuki: ¿Cómo lo sabes?
Andrea...

La muy maldita no me contestó nada y se fue. Creo que es la semana de tratar mal a Yuki. No entiendo por qué Edgar no quiere saber nada de mí. ¿Qué fue lo que hice? Ya llevamos dos años juntos y nunca se había molestado conmigo, y, por supuesto, yo tampoco me había molestado con él. ¿Será que se ha cansado de salir conmigo? ¿Estará saliendo con Andrea, la única persona a quien le ha hablado esta semana? ¿Le habrán llevado un rumor mío? ¿O será simplemente una etapa en la que desea estar solo? Sea cual sea la razón, yo sólo sé una cosa: quiero que Edgar siga siendo mío por siempre, quiero poder tenerlo en mis brazos lo que resta de la eternidad, quiero sentir sus cálidos labios unidos a los míos una vez más. ¿Por qué me está pasando esto? Bien leí el otro día, aunque no creí que fuera verdad, "el amor hace pasar el tiempo, el tiempo hace pasar el amor". No sé que tan cierto sea, pero Hugo debe seguir perteneciéndome sólo a mí.

No resistiré mucho sin él. Simplemente es todo lo que me importa en este momento. No puedo hacer nada ni pensar en nada más. Sólo pienso en lo romántico que sería poder abrazarlo, besar sus mejillas, recostarnos juntos sobre la cama y dejar pasar el tiempo sintiendo el amor que sentimos el uno por el otro. Pero he llegado a creer que eso ya no es más que una ilusión. Me siento tan deprimido que sólo quiero morir, pero no tengo la suficiente valentía para cometer un suicidio. Le pediré a mi hermano que me asesine, seguro que su respuesta será "claro, sólo dime... ¿Dónde quieres quedar?".

Por favor, Dios mío, ¿qué debo hacer para poder seguir viviendo felizmente?

martes, 24 de febrero de 2009

Conejito, conejita

¡Vaya! Ha sido una eternidad y media desde la última vez que les escribí. Bueno, lo que sucede es que mi vida ha estado más falta de tiempo libre durante estos días y a duras penas vengo a escribirles esto. Y eso, amigos, es... ¡UNA REVERENDA MENTIRA! Nada más había estado de huevón y tratando de evadir el mundo real.

Me he sentido algo deprimido. Edgar no quiere hacer nada conmigo últimamente. No quiere salir a ningún lado, no quiere reírse, ni hablar, ni comer, o estar con mi persona... Me hace pensar que posiblemente esté en etapa de menstruación, aunque eso sea biológicamente imposible. Me está preocupando bastante. Hasta he llegado a considerar la ligera probabilidad de que ya no quiera que seamos novios. No sé que le sucede. Además, creo que se molestó conmigo por lo que sucedió hoy. Les cuento:

Edgar hizo una apuesta con Leonel, un amigo de la escuela. La apuesta consistía en lo siguiente: Cada quien le apostaría a una chica de nuestro salón en las competencias denominadas "intramuros" que realizaron en la escuela. El ganador se llevaba cincuenta pesos. El perdedor debía vestirse de conejita de Play Boy y bailar la macarena dentro del aula de clase al final del día de hoy. Edgar perdió. Y yo, como me había enterado bien de la situación, llevé mi cámara y... Usé todo el rollo con la sesión fotográfica Play Yuki, cuyo actor principal fue Hugo. Honestamente, se veía tan adorable, que no pude evitar tomarle una fotografía a cada segundo que se movía. Las colocaría aquí, pero es demasiado hermoso para sus ojos impuros.

Cuando llegamos a su casa, me dijo "Yuki, eres un completo imbécil. No conforme con verme perder y verme ridiculizado frente a todos ellos, guardas la evidencia". Me siento algo triste, ya que ni siquiera quiso darme un beso de despedida cuando me retiré de ahí. Lo amo demasiado, y no quiero que esté molesto conmigo ni que me odie por no poder resistir el querer conservar cada detalle de su hermosa belleza presente en una imagen que pueda mirar por horas. Me siento destrozado por dentro, sólo de pensar que él está guardando cierto odio y rencor hacia mí. Lo malo de todo esto es que no sé por qué está así. Pienso que en parte es por lo de hoy, pero no creo que eso sea todo, había estado muy serio desde antes.

Si hice algo que te hiriera, disculpa. No ha sido mi intención. Dime que es lo que me está faltando o lo que me está sobrando, que yo lo remediaré. Sólo por tí. Te amo, Edgar.