Tenía ganas de escribir esta mamada, pero realmente no me pasa nada muy interesante, así que les contaré un cuento.
Érase una vez un ángel que se llamaba Yuki. Ése ángel tenía como misión proteger a la criatura más hermosa del universo entero; su nombre era Edgar, y cada movimiento que hacía volvía loco de pasión a Yuki.
Un día, un monstruo llamado Rosa atacó a Edgar, se lo quería comer. Yuki desenvainó un sable e hizo picadillo a Rosa.
Conclusión: Ha sido un final feliz.
Lol. Disculpen mi cuento idiota. No tengo nada importante que contarles y siento la necesidad fisiológica por escribir palabras con el teclado de un computador.
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