lunes, 30 de marzo de 2009

Feliz cumpleaños, Leonel

Leonel, esta entrada está especialmente dedicada a ti. Es para decirte varias cosas de parte de tus amigos, quienes me han encargado publicarlas para ti. A continuación te las escribo, y también las firmo de parte de quien las he recibido.

  • Eres joto. Feliz cumpleaños. Ojalá mueras un viernes 13. Ja ja no se crea. Se le quiere mucho... aunque sea joto. Ya no se pinte las uñas de rosa. -Manuel Andrés.
  • Bueno, pues aunque ya no me dedique canciones en el metro, lo quiero mucho. Que se la pase de poca madre en su cumpleaños y que nunca deje de sonreir. -Andrea.
  • Mira, o sea... Pues yo no se... por qué te juntas con estos desarrapados, ¿ves? Son una bola de inadaptados, weeey. Me cae que la cagas por juntarte con estos... Neta que pues feliz cumple. O sea, espero que consigas mejores amistades. Y lo digo por el imbécil de Angel. -La puta de Rosa.
  • Pues... Quiero desearte un cumpleaños lleno de cosas maravillosas, que tu vida siempre sea hermosa y que encuentres... el amor. No te decepciones nunca de lo que sucede a tu alrededor, siempre vendrán cosas mejores. Yo lo sé, y aún estoy en espera de que esa persona me acepte. Ojalá tu no pierdas la esperanza con la chava que te gusta a ti, tal vez hasta te dé una sorpresita para tu cumpleaños.-Laura Paola.
  • Eres un chavo... ... ... ... ... ... ... Ay, a la verga, no sé como decirlo sin insultos... ... ... ... Ay, pues eres muy chido y eso... ... ... A la chingada, feliz cumpleaños. -Edgar Hugo.
  • O sea, eres un super amiguis... Así, super padre, ¿sabes como? ¡Te quiero mil, ocho mil! Así como que te mando un super beso, un mega abrazo... Y ojalá se te cumplan todos tus deseos, ¿eeeeh? Feliz cumpleaños. -Ana Karen.
  • Pues le quiero decir que ya no sea tan emo... Ja ja no se crea, sólo no se deprima tanto. Viva su vida feliz, no deje que le entre la depre porque la condenada vieja esa no lo pela. Usté puede vivir sin ella, hay mejores y más buenas. Sabe que puede contar con nosotros para todo lo que se le ocurra, aquí hay people para todo, todo, todo... Feliz cumpleaños, culero. -José Miguel.
  • ¡Feliz cumpleaños! Gracias por todo lo que hemos pasado juntos. Desde esos momentos tan idiotas como cuando te caiste del columpio, hasta esos otros tan divertidos como las clases de inglés en la ashurrada (¿Qué quiso decir con eso? No lo sé), pásatela padre y poes... Live your life crazy and love every moment you have. -María Susana.
  • Eres un gran amigo. Aunque a veces me dé algo de pena decirlo, alguna vez me gustaste mucho, pero fue hace mucho tiempo. Quisiera que pudieras leer esto sin sentirte incómodo ni decir "Rafa es un pinche joto". La verdad es que te aprecio mucho, pero pues... Nunca me pelaste y yo nunca quise decírtelo. Ahora que ya me voy, espero que no nos distanciemos más de lo que nos separa la geografía. Feliz cumpleaños. -Rafael.
  • Feliz cumpleaños. La verdad es que nunca hemos sido grandes amigos, pero siempre me has agradado bastante. Quisiera invitarte por ahí alguna vez, a ver si nos conseguimos buenas morras, ja ja. Feliz cumpleaños, Leo. -Jaime Omar.
  • Ya te estás haciendo viejo, cabrón. Bueno, pues te quiero desear un feliz cumpleaños. Ah, y acuérdese que el primero que cumpla dieciocho debe esperar al último para largarnos todos juntos a un teibol, ¿eeeh?. -Pedro Arturo.
  • ¡Te quiero mucho! Pásatela bien fregón en tu cumple, ¿eh? Ja ja, éntrale con ganas al pastel y a la soda, nada mas no te empaches. Felicidades. -Diana.
  • Hey, nene. Ojalá que éste sea uno de tus mejores cumpleaños. Muchos besos y abrazos, te quiero muchísimo. Felicidades por tu cumple. -Gloria Alejandra.
  • Pues no sé que decirle. Me estoy acordando de la vez que estábamos en el parque y que Andrea le pintó las uñas de rosa "chíngame los ojos". Ja ja ja, todos se le quedaron viendo con cara de "este maldito joto, ¿qué?". Pues... Nomás le digo que no se deje que la Andrea le pinte las uñas. Es una mala influencia pa' usté. Feliz cumpleaños. -Daniel.

Bueno, pues te dedico esta entrada con los deseos que todos te dieron por tu cumpleaños, los que no quisieron decirme que lo publicara, se chingaron. Ya no agregaré más. Felicidades, espero que vivas muy feliz y que tengas muchos hijos. Bueno, lo último tal vez no. Pero sí, vive feliz. Debo decir que me sorprendieron muchos de los deseos que te dieron algunas personas (Sí, lo digo por tí, Rafa) pero que igual las tuve que poner, aunque claro edite algunas partes por causa de estética, como lo que dijo la zarrapastrosa de Rosa, ya que usó excesivamente "wey", "o sea" y "¿ves?". En fin. Ten un feliz cumpleaños. Te desean todos tus amigos.

miércoles, 18 de marzo de 2009

No se me ocurre un título

Simplemente no es posible describir con palabras esta sensación, esta experiencia tan hermosa y tan agradable. Desearía poder revivirlo en este preciso momento. Contaré todo desde un principio para que puedan entender.

El sábado, mis padres se fueron a un viaje de "negocios" (lo sé, es extraño viajar en estas fechas) y mi hermano ha estado regresando tarde de trabajar. Aproveché esto para ocuparme de mis asuntos con la persona a la que más amo, mi adorado Edgar. Planeé todo desde que las palabras "viaje de negocios" salieron de la boca de mi madre. Mi ingeniosa idea consistía en decirle a Edgar que llevara algunas de sus viejas pertenencias como fotografías, ropa, libros, cuadernos y otras cosas que usó en el pasado, para así poder recordar juntos los buenos tiempos de antes. Quería pasar una noche placentera con él sin que yo tuviera que forzar la situación, como de costumbre. Sucedió el martes. Decidí decírselo y juntarnos en mi casa.

Llevó una gran caja con muchas notas escritas por amigos y amigas, algunos de sus viejos cuadernos, y el álbum de firmas de la secundaria. Yo, por mi parte, saqué un cajón donde tengo guardadas cosas similares, más mi camiseta y mi pantalón favoritos (y muy apretados) cuando más joven y un viejo tomo de Sensitive Pornograph que Andrea me prestó y jamás le devolví. Comenzamos a buscar entre los recuerdos que ahí se encontraban y de pronto tomó mi camiseta entre sus manos.

Edgar: Oh, Yuki. Recuerdo cuando te ponías esto. Te veías tan lindo.
Yuki: Me los pondré, vuelvo en un momento.
Edgar: Ay. La verdad, dudo mucho que aún te queden.
Yuki: ¿Estás insinuando que estoy gordo?
Edgar: Ja ja. No, para nada. Simplemente has crecido.
Yuki: Ya verás. Deben de quedarme, todavía. Mientras tanto, tú sigue viendo.

Fui a ponerme la ropa, lo cual no estaba entre lo que yo había pensado, pero igual esperé que mi plan funcionara. Regresé, y lo encontré haciendo algo que yo no esperaba, y que pensaba forzarlo de alguna forma a hacer: leía el manga. Sus hermosos ojos se veían cristalinos, sus mejillas estaban sonrojadas, sus manos temblaban. "¿Lo ves? Aún me queda", lo interrumpí. Me miró fijamente durante varios segundos, paseó su mirada sobre cada espacio de mi cuerpo y luego me dijo "te ves... sencillamente encantador. Esa ropa ajustada resalta cada contorno y curva de tu maravilloso cuerpo". Me puse un poco rojo. Edgar no suele decir esa clase de palabras, siempre soy yo quien se las dirige a él. "Quiero ver lo que se esconde debajo...", continuó... Como si nunca hubiera visto mi cuerpo desnudo. Le di una sonrisa y le pedí con la mirada que me siguiera, mientras caminaba fuera del cuarto. Entré al baño, retiré delicadamente mi camiseta y murmuré "acércate". Se desabotonó la camisa lo más rápido que pudo y corrió hacia el baño para encontrarme ya totalmente sin ropa. Deposité un suave beso sobre sus labios y comencé a desabrochar su cinturón.

Abrí la llave de la regadera, y me metí entre una nube de vapor de agua. Hugo se bajó de golpe los pantalones (y los boxers) y entró conmigo a la regadera. "No te muevas", le dije mientras me hincaba y besaba sus genitales, proseguí con esos movimientos hasta que su miembro se levantó. "Yu-Yuki...", susurraba él. Rodeé completamente su erección con mi boca, y dejé que los músculos de mi garganta lo apretaran con suavidad. Así llegó a su primer orgasmo. Limpié el líquido blanco con mis labios y mi lengua, asegurándome que no quedara ningún lugar que no tocara. Edgar no pudo más, me tomó los hombros, puso mis manos contra el suelo mientras yo seguía hincado, e intentó introducírmelo. "Espera, amor... No somos animales, no podemos hacerlo así", le dije; a lo que él replicó "nos ha funcionado antes, y a otras personas les funciona también". Lo alejé un poco de mí. Quería parecer un poco distante, para que él buscara la forma de que lo hiciéramos.

Como se quedó sentado y estaba estropeando mi plan, le dije "Edgar, ven acá. Necesito me ayudes a secarme", entré al cuarto, me enredé una toalla a la cintura y me hinqué sobre la cama. Hugo entró casi corriendo y se quedó mirándome un momento. Se sentó detrás de mí, levantó ligeramente la toalla y comenzó a lamer alrededor de mi orificio. Aquella sensación era celestial, sin embargo, no era lo que yo estaba esperando que sucediera. Luego introdujo su lengua y comenzó a moverla de una manera muy hábil. "¡Maldita sea, Edgar! ¡¿Qué, demonios, estás esperando?! ¡Tómame ya!", le dije olvidando la cordura y haciendo el plan a un lado. Por fin me penetró. Comenzó a moverse un poco torpemente al principio, pero conforme pasaba el tiempo, lo hacía mejor, y a mí me gustaba más.

Yo gemía y me mordía el labio, evitando gritar por tanto placer, pero Edgar no pudo contenerse y las palabras "Yuki, te amo" salieron de su boca con un grito de satisfacción. Estábamos solos, ¿por qué yo estaba evitando mostrar lo que estaba sintiendo? Grité también. Cuando terminamos, nos recostamos para darnos cuenta que habíamos dejado las sábanas y parte del buró manchados de semen. El sonrió y me dijo "eso fue genial". Eran justo las palabras que yo hubiera empleado. Mordió el lóbulo de mi oido y luego lo succionó. Yo acaricié sus caderas y besé sus labios. Lamí su paladar. Nos acercamos tanto como fue humanamente posible y caímos en un sueño profundo. Cuando desperté, mi hermano nos miraba detenidamente y luego me dijo "no hicieron lo que yo estoy pensando, ¿o sí?". Le contesté con la verdad, pero lo amenazé con contarle a mis padres acerca de las cosas que él hace con su novia si decía algo. Algún día deberé informarle a mis padres sobre la relación que llevo con mi amado, pero prefiero esperar a tener el coraje y decirles yo mismo, que permitir que ese imbécil lo diga.

Papá, mamá... Amo a Edgar, y no me importa lo que piensen los demás. Mis sentimientos hacia él son puros, y casi puedo asegurar que los suyos hacia mí también lo son. No importa si otros creen que está mal, para mí es lo mejor del mundo poder compartir mi vida con él.

lunes, 2 de marzo de 2009

El día más feliz

Sinceramente, soy un total paranóico. Te lo juro, mi amor, jamás volveré a desconfiar de ti, ni a pensar cosas tan viles y crueles. Todo lo que he sentido estos días ha sido solamente confusión. No sé cómo pude haber pensado tales porquerías acerca del amor de mi vida. Les explicaré todo.

Hace alrededor de una o dos semanas, Edgar, la persona a quien más amo en todo el universo, había estado muy distante. Me daba la impresión de que no quería estar conmigo más. Sin embargo, me parece que fue el viernes, mi amiga Andrea (la única persona con quien mi amado había estado hablando) me visitó. Hablamos acerca del tema y luego ella me dijo "no te preocupes, él te ama muchísimo. Verás que todo va a estar bien". Tras decir esto, se levantó del sillón y se dirigió a la puerta. Le pregunté cómo lo sabía. Contestó que Edgar le había pedido no decirme nada, él quería decírmelo personalmente. Besó mi nariz y se fue con una sonrisa en su rostro, mencionando "ya lo verás. Las cosas estarán bien". Durante todo el fin de semana no volví a ver a ninguno de los dos. Sin embargo, el día de hoy me ha quitado todo el pesar que había en mi alma.

Hoy estaba sentado contra una de las paredes de la escuela durante el receso, ya que me sentía un desecho del bajo mundo y no quería estar con nadie. En eso, se acercó mi dulce galletita con un libro (supongo yo que a preguntarme algo) y se sentó junto a mi. Yo no quería ni siquiera voltear a verlo, sentí que me hundiría en un mar de lágrimas si miraba sus ojos, así que desvié la mirada. Entonces vi a la perra de Rosa y a Laura Paola paradas frente a mi. Laura hizo un sonido como de estar aclarando la garganta... como si quisiera llamar la atención de alguien.

"¡No me importa si les dices o no! ¡Ya no puedo soportarlo!", gritó Edgar y se lanzó sobre mí, besándome apasionadamente. Yo no sabía que hacer. Sólo me dejé seducir por sus ágiles labios y su hábil lengua, que se movían de una forma encantadora dentro de mi garganta. Las muchachas gritaron y salieron corriendo. Hugo siguió haciendo un poco de su magia y cuando finalmente acabó, luego de casi dejarme sin respiración, le pregunté lo que sucedía.

Edgar: Paola me dijo que si nos veía juntos o si veía que nos besábamos, le contaría a los profesores para que mandaran llamar a nuestros padres. Por eso no quería estar contigo, no quería pedirte que no me besaras, porque tú sabes que me encanta cuando lo haces y no podría resistir la tentación.
Yuki: Y, ¿por qué te molestaste tanto con las fotografías?
Edgar: Lo que pasa es que andaba un poco sensible por lo que me dijeron. Pero en realidad no estaba tan molesto. Perdóname, Yuki.
Yuki: Y cuando fui a visitarte...
Edgar: Andrea me contó lo que dijiste. Sé lo que pasó por tu mente en ese momento, pero no es lo que tú pensaste. Estaba algo ocupado cuando llegaste, y cuando acabé y te vi dormido, pensé que la manera en que te dije que esperaras fue grosera. Luego de eso, comencé a tener pensamientos de esos que ya sabes... Y no pude controlarme. Me consumían las ganas de hacer el amor contigo.
Yuki: Ay, Edgar...

Besé suavemente sus labios y nos unimos en un dulce abrazo. Todo ha vuelto a ser como era. Todo está bien. Gracias a Dios que me ha hecho darme cuenta que no sólo amo a Edgar, sino que él me ama igual que yo a él. Es impresionante la forma en la que la mente humana comienza a buscar una solución a los problemas cuya verdadera respuesta no sabe. Disculpa los malos pensamientos (creo que ese es el título de una canción, ¿no?), no sabía lo que sucedía y tenía una urgencia por enterarme. Te amo.